MONOS EN LA MESA

Es grato ver que el pulmón del mono continua inhalando exquisito aire nuevo y joven.
En todo este tiempo de pretendido alejamiento del blog, en el que de a ratos pasaba a darme una ojeada a través del telón imaginario que los buenos desplegaron frente a nuestros ojos haciéndonos fantasear con la idea de que la función había terminado, me complacía ver que jamas dejó de latir el corazón de monosenlamesa.
Como un espía, o un amante del voyeurismo, fisgoneando detrás de la cortina me permití el lujo de elaborar teorías acerca del futuro de los buenos, de Peter, del resto de la banda, de los posibles futuros toques y hasta de la posibilidad de que jamas volvieran a tocar juntos. Como un psycho me permiti meterme dentro de sus cabezas e imaginar; y de todo ese merengue mental pude desenterrar una hilacha que creo es con la que mas concuerdo.
Creo, esto a nivel estrictamente personal, que los buenos no van a volver jamas a presentarse ante nos como lo que fueron.
Si, es una visión un tanto apocalíptica, pero me resulta altamente creíble.
Siento que hubo grandes cambios en ellos, principalmente en quien lleva la voz cantante que, como si fuera poco, además escribe gran parte, sino todas las letras; que determinan o van a determinar un alejamiento de todo lo que fueron los buenos. No obstante, no quiero decir que no volvamos a ver a los integrantes juntos en un escenario ni al Gran Pedro gritándonos en la jeta, pero si que son momentos de cambios y que algo nuevo por parte de ellos es lo que nos espera. Siento que es muy difícil mantener un mismo sentimiento por mas de diez años. Y aunque en todos los trabajos de los buenos, incluyendo el quiebre final que significo el uno con uno, se pueden percibir atmósferas distintas; el sentimiento es el mismo; el motivo del grito es el mismo y eso, queridos monos, es lo que siento que se termino. Ojalá me equivoque, no quiero otra cosa mas que lo mismo que todos los que por este blog pasan.
El tiempo todo lo cura, el tiempo nos cambia, los años nos endurecen, nos dan una puta satisfacción que nos cambia el color del cristal y de la noche a la mañana solo somos una sombra de lo que éramos.
Eso siento le paso a nuestra banda favorita. Siento que las dendritas y el búho están en las tinieblas y no esperan agazapados para saltar sobre nuestros adormecidos sentimientos con sus garras afiladas prestas a desgarrarnos el alma. No. Se fueron. Siento en mi fibra más intima que los muchachos cambiaron y que van a volver, de eso no me cabe duda, pero con algo distinto que, claro esta, no implica que por ello sea “malo”; o “peor”. Las cosas cambian muchachada.
Quizás esto solo sea un deseo proyectado y expresado en voz alta. Quizás.
Solo el tiempo nos lo dirá.
Adoro las sorpresas.