7 de mayo de 2009

Los monos estan dispersos, perdidos en la selva de sus rutinas.
Y bajo una oscuridad aún más espesa que la del negro fondo de esta página, bajo ese olvido, llenas de polvo, duermen las tablas de un escenario.
Fué el último borde entre nosotros el sonido que nos eriza la piel, mientras moviamos la cabeza agitando un "sí" rabioso y extasiado al mismo tiempo.
Ahora eso parece tan lejano, sólo espero que este invierno tengamos al menos una nueva oportunidad de estar ahí abajo... aunque sea una sóla canción, un solo instante más, nada más.


Estoy escuchando Estelares, van a estar en la Trastienda en breve, no son la gran cosa, pero quizas valga la pena. Algún día tendré que conocer ese boliche...